Convivir con el dolor no es fácil, sobre todo si es crónico (hablamos de él cuando dura más de seis meses). Pero sentirse desanimada y triste no ayuda a combatirlo. Una investigación de la Universidad de Oxford ha demostrado, usando técnicas de neuroimagen, que las personas deprimidas perciben las molestias con más intensidad porque su cerebro procesa las sensaciones dolorosas con una mayor carga emocional.
- No te preocupes y ocúpate. Cuanto más ocupes tu mente con actividades que te distraigan menos pendiente estarás de tu molestia. Haz ejercicio, en la medida de tus posibilidades, y además generarás endorfinas, que reducen el dolor.
- Rodéate de gente positiva. Te ayudará a "olvidarte" cada vez más de tu dolor al no estar hablando continuamente de lo mal que te encuentras.
- Procura dormir bien. Un correcto descanso nocturno también repercute positivamente en tu estado físico y anímico.
- Adelgazar te aliviará. Las personas con sobrepeso sufren un 20% más episodios de dolor. Además te verás mejor.
Automasajes para aliviar una contractura en el cuello.
Una corriente de aire, mantener posturas incorrectas durante mucho rato o un sobreesfuerzo muscular pueden provocar tortícolis. Para aliviarla...
Amasa el músculo dolorido como si estuvieras haciendo pan, aplicando una fuerza progresiva pero sin que provoque más dolor.
Coge una pelota de espuma, ponte de pie y colócala entre la pared y el cuello. Déjate caer un poco sobre ella para relajar la musculatura.
El dolor lumbar es uno de los más frecuentes: entre un 60 y un 80% de las personas lo sufren a lo largo de su vida.
Lleva un diario de tu dolor
Hacer una escala de la intensidad de tu dolor, apuntar a qué hora es más acusado, qué haces cuando te duele y cuánto tiempo dura ayudará a tu médico a encontrar la posible causa y aconsejarte el tratamiento más adecuado.
¿Por qué afecta más a la mujer?
Nosotras padecemos dolor crónico más frecuentemente, con mayor intensidad y en periodos más prolongados que los hombres.
Los trastornos que generan dolor crónico, como las migrañas, la artritis, la fibromialgia o los dolores musculares son más habituales entre el sexo femenino.
Los estrógenos podrían ser los culpables de nuestra percepción más intensa, al contribuir a que enfoquemos el dolor no solo en su vertiente física sino también en la emocional.
Cocina con Cúrcuma